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Contracepción. Métodos, ventajas e inconvenientes

Métodos más eficaces

Métodos más eficaces

Anticoncepción hormonal

Su capacidad contraceptiva radica en la utilización de compuestos de estrógenos y progestágenos en diferentes formas de presentación, la primera de ellas la famosa píldora anticonceptiva. En los últimos años han aparecido nuevas presentaciones que administran el anticonceptivo por otras vías distintas a la oral.

Su acción anticonceptiva se basa en varios mecanismos. Por un lado los estrógenos impiden la ovulación y, por otro, los progestágenos evitan la regeneración del revestimiento del útero, por lo que impiden la implantación del óvulo y además espesan el moco del cuello uterino, lo que dificulta el avance de los espermatozoides.

Píldora anticonceptiva

Desde su aparición en 1960 ha revolucionado las prácticas anticonceptivas en todo el mundo. En la actualidad, la más empleada es la píldora combinada de estrógenos y progestágenos a dosis baja o ultrabaja, compuesta de estrógenos y progesterona sintéticos que pueden ser monofásicas (todas las grageas tienen igual cantidad de hormonas) o trifásicas (con distintas dosis de hormonas).

Se comercializa en envases de veintiuna o veintiocho unidades. La primera se toma el primer día de la regla. Las siguientes, una cada día a la misma hora. Si el envase es de veintiuna grageas, cuando se termina se dejan de tomar durante siete días denominados de descanso, durante los que sobreviene la regla. En los envases de veintiocho no se descansa ningún día y la regla suele presentarse en los días en que se están tomando las siete últimas pastillas.

En caso de que se olvide alguna toma, se puede tomar la píldora correspondiente en un plazo de doce horas. Si se ha tardado más de ese tiempo en tomarla, no hay seguridad de su eficacia, por lo que es aconsejable utilizar otros métodos anticonceptivos hasta la siguiente regla. Con la píldora los periodos son más regulares y la menstruación es menos dolorosa, con menor hemorragia. En algunos casos, si previamente hay acné, suele disminuir y en muchos casos alivia la tensión pre-menstrual.

Es el método anticonceptivo más eficaz y el índice anual de fallos es de tan sólo un embarazo por cada 200 mujeres que lo usan. Con el uso de anticonceptivos orales deben evitarse otros fármacos como antibióticos, barbitúricos, antituberculosos y antiepilépticos porque disminuyen su eficacia.

La píldora anticonceptiva ha sido muy bien estudiada y, a pesar de que de vez en cuando surgen noticias sobre los trastornos que provoca, se puede decir que es un fármaco seguro que tiene muchas más ventajas que inconvenientes. En general es muy bien tolerada y sus efectos secundarios más frecuentes son nauseas, vómitos, estreñimiento, hipersensibilidad mamaria, erupciones, hinchazón (edemas) de piernas, etc. Con mucha menor frecuencia, pero mayor gravedad, puede provocar migrañas, diabetes, hipertensión, anomalías oculares, raramente ictericia o tumores hepáticos y, si se toma durante el embarazo, puede inducir deformidades en el feto.

Los trastornos más importantes que puede provocar son los circulatorios por el aumento de la capacidad de coagulación de la sangre a causa de los estrógenos. Entre las mujeres que utilizan la píldora, algunos estudios han evidenciado mayor riesgo de sufrir tromboflebitis en piernas (por formación de coágulos), pero esto sucede en menos de un caso por cada 1.000 mujeres que la toman durante un año. También se ha detectado un mayor riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares (hemorragia o trombosis). En la actualidad, se utilizan sobre todo píldoras combinadas con muy bajas dosis de estrógenos y se sabe que, cuanto menor es la cantidad de estos, menor es el número de complicaciones. Estudios recientes demuestran que el uso de los modernos anticonceptivos orales no incrementa el riesgo de trastornos cardiovasculares graves, tanto tromboflebitis como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares en mujeres sanas y no fumadoras de hasta 45 años. Si una mujer ha tenido alguno de estos trastornos, está contraindicada la utilización de la píldora.

A la mujer que usa anticonceptivos hormonales se le recomienda firmemente no fumar debido a que tal conducta incrementa el riesgo de sufrir trastornos circulatorios.

Aunque no se ha demostrado una relación evidente entre toma de píldora anticonceptiva y el cáncer de mama, los expertos recomiendan, como medida de precaución, que las mujeres cuyas madres o hermanas hayan padecido este tipo de cáncer eviten su uso hasta que se dispongan de datos concluyentes. Es importante recordar que la píldora no protege contra la infección por VIH-SIDA u otras enfermedades de transmisión sexual.

Anticonceptivos hormonales inyectables

Métodos más eficaces

Hay varios tipos en uso y su eficacia es similar a la de la píldora. Se utilizan inyectables que aseguran anticoncepción de uno o de tres meses con una sola dosis de tratamiento.

Por su elevado contenido hormonal, su empleo conlleva mayor riesgo de efectos indeseables. De hecho, pueden producir aumento de peso y sangrado intermenstrual.

Tienen el inconveniente de que no es posible suspender su acción hasta que son eliminados por el organismo (uno o tres meses).

Implante hormonal

Consiste en un pequeño cilindro alargado compuesto por progestágenos que se implanta bajo la piel en lugares discretos. La inserción y extracción debe realizarla un médico entrenado. Facilita anticoncepción a largo plazo (3 años) y es útil también para mujeres que no han estado embarazadas y para las que presenten intolerancia o contraindicación a los estrógenos.

Tiene como principales ventajas la disminución de los dolores menstruales (dismenorrea) y su comodidad de uso, sin riesgo de olvido.

Como inconveniente cuenta con que el sangrado puede ser variable e impredecible, aunque en general hay tendencia a presentar menor sangrado o a no haberlo.

Parches anticonceptivos

Han sido recientemente aprobados por las Administraciones Sanitarias Europeas y Americanas. El parche anticonceptivo transdérmico libera un flujo continuo de hormonas a través de la piel y hacia la sangre durante siete días.

Contiene las mismas hormonas que se utilizan en la píldora anticonceptiva y actúa de igual manera en la prevención del embarazo, con lo que impide la ovulación y hace más denso el moco cervical con el fin de que el esperma tenga menos posibilidades de alcanzar el útero.

El parche transdérmico es otra opción anticonceptiva más, que se aplica una vez a la semana y es tan efectiva como la píldora (efectividad del 99%) si es usado correctamente. Es pequeño y fino y puede colocarse en los glúteos, el abdomen, la espalda y la parte exterior y superior de los brazos. El fabricante informa de que con él se puede nadar, hacer ejercicios o ducharse porque las condiciones húmedas o calientes no afectan su capacidad adhesiva.

Los métodos más eficaces, salvo el preservativo y la vasectomía, tienen como protagonista a la mujer que puede elegir entre numerosas posibilidades

Se cambia una vez a la semana durante tres semanas consecutivas y no se aplica en la cuarta semana. Si se olvida cambiar el parche el día que corresponde, hay 48 horas de seguridad durante las que no es necesario adoptar un método anticonceptivo adicional.

Sus reacciones adversas más frecuentes son las irritaciones en el lugar de aplicación, que suceden en una de cada cinco mujeres que lo utilizan y la tensión o el dolor mamario que se produce casi en igual proporción y que es más frecuente con el parche que con la píldora.

Anillo vaginal

Se trata de un anillo flexible e incoloro que contiene estrógenos y gestágenos, que una vez liberados a muy pequeñas dosis son absorbidos por la vagina.

Se debe insertar el primer día de la menstruación y se retira a las 3 semanas, periodo durante el cual no se debe sacar. La propia mujer puede colocárselo. Es muy sencillo, requiere una técnica semejante a la de insertarse un tampón. Su eficacia anticonceptiva no depende de la posición en la vagina, pues dada su forma y su material se adapta perfectamente. La mujer no siente que lo lleva puesto, y a diferencia de otros métodos, no se requiere que cubra el cuello del útero.

Se ha de mantener durante 3 semanas en la vagina y después debe retirarse, dejando una semana de descanso en el transcurso de la cual suele aparecer el sangrado. Si se desea retrasar la regla se puede prescindir de la semana de descanso y continuar con otro anillo.

Se recomienda realizar anticoncepción de refuerzo durante la primera semana, la primera vez que se utilice e, igualmente, cuando se retrasa más de 7 días la inserción de un nuevo anillo. Tiene pocos efectos adversos y alta eficacia anticonceptiva.

Dispositivo intrauterino (DIU)

Son pequeños objetos que se insertan en el útero a través de la vagina y cuello uterino y cuyo mecanismo de acción varía según su composición, en general de dos tipos: DIU de cobre o con hormonas. El primero funciona impidiendo el paso de los espermatozoides en su trayecto intrauterino, evitando de ese modo la fecundación e impidiendo la implantación del óvulo en el útero en caso de que se hubiese producido la fecundación. El DIU liberador de hormonas combina los efectos del DIU de cobre con los hormonales propios de los progestágenos.

Debe ser insertado por un médico con la preparación adecuada. Se recomienda que se haga durante los días de la regla, por contar con la certeza de que no hay embarazo y porque se facilita la inserción a causa de la mayor dilatación del cuello del útero. Puede permanecer sin necesidad de ser cambiado por un periodo de 3 a 5 años.

Se recomienda que sea utilizado por mujeres que han pasado al menos por un embarazo y menos de cinco.

Como posibles efectos adversos se señalan dolor y hemorragias copiosas, con reglas más largas e intensas sobre todo durante los tres primeros meses de su colocación. Es posible que sea expulsado fuera del útero, lo que suele tener lugar en los primeros tres meses. En ese caso no se garantiza la anticoncepción. En menos de una de cada mil inserciones se puede perforar la pared uterina, lo que causa dolor y hemorragia repentinos y requiere una rápida intervención quirúrgica para evitar lesiones intestinales.

Si se tiene implantado un DIU no es conveniente utilizar tampones porque pueden enrollarse en el hilo que desciende de él hacia la vagina y provocar su desprendimiento.

Es necesario un control ginecológico, al menos cada seis meses, porque se incrementan las posibilidades de contraer infecciones vaginales.

A pesar de estos riesgos, los DIU son muy eficaces y el porcentaje de mujeres que quedan embarazadas mientras lo utilizan oscila entre el 1 y el 5% durante el primer año de uso.

Preservativo o condón

Métodos más eficaces

Es una delgada funda de látex que se ciñe al pene y se coloca cuando está en erección. En su extremo suelen tener un depósito donde se vierte el semen, que en la colocación del preservativo debe presionarse para vaciar el aire interior y evitar su deterioro durante el coito.

Suelen presentarse enrollados en paquetes de plástico o metalizados y los hay de diversas clases, incluyendo algunos lubricados y con texturas y prominencias diseñadas para facilitar la estimulación de la mujer durante la actividad coital. Una vez extraído de su envase, se desenrolla con suavidad a lo largo del pene erecto hasta su base. Debe retirarse antes de que haya desaparecido la erección, sujetándolo desde la base para evitar que se quede dentro de la vagina o del ano.

Es un método muy accesible y se puede adquirir en farmacias, así como en máquinas expendedoras automáticas instaladas en los más diversos lugares.

En la actualidad es el único método anticonceptivo eficaz de que dispone el hombre, si se excluye la vasectomía, y no se necesita receta médica para adquirirlo.

Carece de efectos secundarios y para personas alérgicas al látex existen preservativos de silicona en el mercado. Hay que evitar su exposición a temperaturas elevadas y revisar su fecha de caducidad porque ambos factores favorecen su rotura durante el coito, que es su mayor inconveniente.

Si se utiliza de manera adecuada, puede proteger frente a la infección por VIH-SIDA y otras infecciones de transmisión sexual.

Preservativo o profiláctico femenino

Se trata de una funda cilíndrica de látex, de mayor tamaño que el preservativo masculino, que se introduce en la vagina cubriendo sus paredes y se sostiene mediante un aro flexible y móvil.

En general se aplican con lubricantes y espermicidas. Permite a la mujer, como en el caso del hombre, manejar su propia anticoncepción de barrera y, de igual manera, si se utiliza de manera adecuada, protege de la infección por VIH-SIDA así como de otras infecciones de transmisión sexual.

Diafragma

Es un dispositivo parecido a un capuchón de goma flexible que se introduce en la vagina cerrando por completo el cuello del útero. Ambas caras y su borde interno flexible se deben de impregnar con gel o crema espermicida antes de su aplicación.

Se inserta en la vagina diez minutos antes del coito y debe permanecer allí hasta seis horas después. Si hay nuevas relaciones con penetración hay que volver a introducir crema espermicida con aplicador y esperar las seis horas, a partir del último coito, antes de retirarlo.

Carece de efectos secundarios. Se expenden en distintos tamaños y debe solicitarse asesoramiento profesional (médicos o matronas experimentados) a fin de adiestrarse en su aplicación. Después de utilizarlo, hay que lavarlo con agua y jabón neutro, secarlo y guardarlo impregnado de polvos de talco.

Debe cambiarse cada dos años y la eficacia de este método es menor a la de la píldora y DIU. De hecho, se estima que se pueden producir entre 6 y 20 embarazos al año por cada 100 mujeres que utilizan este método.

Esponja anticonceptiva

Tiene forma circular y es blanda y desechable, mide 5 por 2,5 centímetros y están fabricadas de poliuretano e impregnadas de espermicida.

Su uso y colocación es como la del diafragma. Su eficacia anticonceptiva es de 24 horas y no son necesarias en este tiempo nuevas aplicaciones de espermicida cada vez que se realiza el coito. Las mujeres que lo utilizan destacan la facilidad de su uso, la ausencia de olor y que no impregna en exceso la vagina, como sucede con otros productos espermicidas.

Su principal desventaja consiste en un índice de fallos relativamente alto, similar a los del diafragma. Como ocurre con este método, la falta de fiabilidad viene dada en la mayoría de los casos por un uso inapropiado, como lo es desprenderse de ella después del coito sin haber dejado transcurrir el plazo de seguridad de seis horas como mínimo y sin sobrepasar las 30.

Esterilización masculina

La vasectomía es un método de esterilización que consiste en seccionar y sellar los conductos deferentes, que son por los que pasan los espermatozoides desde los testículos a la uretra masculina. A pesar de la creencia popular es definitiva y muy pocas veces es reversible, por lo tanto, no es un método anticonceptivo, sino de esterilización. Si bien el hombre puede ser fértil de manera artificial pues sigue generando espermatozoides, de naturaleza se queda estéril.

La intervención se realiza bajo anestesia local y dura 15 ó 20 minutos. Después de ella siguen produciéndose espermatozoides en los testículos, pero como no sobrepasan el conducto deferente, en parte son absorbidos y destruidos por los fagocitos y en parte se filtran al interior del escroto (piel que rodea el testículo), donde se desintegran.

Después de la intervención hay espermatozoides en los conductos espermáticos, por encima del punto de corte, por lo que han de transcurrir entre siete y ocho semanas, en las que se debe producir una docena de eyaculaciones para que el semen no los contenga, lo que se comprueba realizando un espermiograma. Durante este tiempo se ha de utilizar algún método anticonceptivo para evitar el embarazo.

Diversos estudios han venido a demostrar que la vasectomía no provoca trastornos en la erección ni en la producción de hormonas y numerosas parejas refieren que la relación sexual es más agradable por no existir preocupación por un posible embarazo o por tener que usar algún método anticonceptivo.

A pesar de la creencia popular, la vasectomía es definitiva, se trata de un método de esterilización que pocas veces es reversible

El índice de fracasos de la vasectomía es muy bajo (menor a un embarazo por cada mil intervenciones realizadas) y suele deberse a que se realiza el coito, sin utilizar otro método anticonceptivo, en las semanas posteriores a la intervención, durante las que el semen aún contiene espermatozoides; o también porque, de forma excepcional, los conductos seccionados vuelven a unirse.

No se recomienda para hombres muy jóvenes: su situación personal puede cambiar y si desean tener hijos les resultaría muy difícil lograrlo. Como ya adelantamos arriba, pese a lo que la gente cree, es muy difícilmente reversible. Empalmar el conducto seminal seccionado requiere microcirugía y mucha capacidad y experiencia por parte del cirujano. Y muchísima suerte. De manera que obtener garantías de que la microcirugía sea un éxito es muy remoto.

Esterilización femenina

Métodos más eficaces

Aunque existen numerosas variantes quirúrgicas para alcanzar la esterilización, la ligadura de trompas es el método más utilizado. También con la extirpación del útero (histerectomía) y la de los ovarios (ovariectomía) se alcanza la esterilización, pero estas intervenciones no se llevan a cabo con esta finalidad sino para abordar diversas patologías de la mujer.

La ligadura de trompas es un método de esterilización seguro e inmediatamente eficaz y en muy raras ocasiones se produce la unión de los extremos seccionados.

La ligadura de trompas es el método más eficaz y utilizado para la esterilización femenina, no altera el ciclo menstrual ni provoca dificultades sexuales

La inserción de dispositivos intratubáricos es también un método de esterilización eficaz e irreversible. Mediante una sola intervención se insertan unos dispositivos espirales en las trompas, lo que provoca una reacción inflamatoria en la zona que obstruye las trompas. Durante los primeros tres meses se debe combinar con otro método anticonceptivo. Transcurrido ese tiempo, mediante revisión ginecológica, se verifica que las trompas estén totalmente obstruidas.

En ambos métodos de esterilización no hay afección de la secreción hormonal porque los ovarios están intactos, no se altera el ciclo menstrual y la mayor parte de las mujeres intervenidas no tienen dificultades sexuales después de su realización.

No es recomendable su aplicación en mujeres muy jóvenes: su situación personal puede cambiar y si desean tener hijos con una nueva pareja resultaría muy complicado.

Anticoncepción de emergencia: la píldora postcoital

El medicamento que contiene la llamada píldora del día siguiente es un progestágeno, el levonorgestrel, y los preparados comerciales que lo contienen son Norlevo y Postinor. Se la cataloga como una anticoncepción de emergencia y es importante destacar que con este medicamento no se interrumpe un embarazo si ya está establecido, lo que se hace es impedir la concepción. Si ha habido contacto sexual sin adecuada protección, el medicamento deberá tomarse lo antes posible y desde luego no después de 48 ó 72 horas porque su eficacia comienza a disminuir superadas las 24 horas.

La pauta que se recomienda en una toma única de dos comprimidos juntos de 0,75 miligramos, o tomar un comprimido dos veces con un intervalo de doce horas.

Tiene numerosos efectos adversos y puede provocar nauseas, vómitos, tensión mamaria, trastornos menstruales, etc. Se requiere su prescripción médica.

La anticoncepción de emergencia debe ser un método de uso muy ocasional y en ningún caso puede sustituir a un método anticonceptivo regular. Existen problemas con su uso porque estudios recientes indican que la mayor demanda en su utilización corresponde a mujeres jóvenes que recurren a la píldora postcoital en más de una ocasión. Es necesario recordar que los laboratorios que comercializan levonorgestrel advierten de que no hay suficientes datos sobre la seguridad de su empleo en mujeres menores de 16 años.